CICATRICES

CICATRICES

El dolor por momentos se hace casi insoportable,
pero lo que no te mata te hace implacable.
Cada uno en su universo
siente su dolor como algo inmenso.
El amor nos da la vida y su ausencia
nos mata un poco cada día.
Respirar – Bebe

 

Dolor. Ese sentimiento que todo el mundo conoce. Tan fuerte y tan nuestro. Tan subjetivo y tan real. Antes de escribir este post he decidido buscar el significado de dolor en la RAE y así lo define: “Sensación molesta y aflictiva de una parte del cuerpo por causa interior o exterior” o “Sentimiento de pena y congoja”. Valiente la persona que se haya atrevido a escribir esto, ¿no creeis? ¿En qué momento se le puede ocurrir a una persona el significado de dolor? Yo, jamás sería capaz.

Nunca soy capaz de definir cuánto me duele una parte del cuerpo, ni el sentimiento que eso me provoca. Pero menos capaz soy todavía de definir el dolor que me causan las cosas externas, el dolor provocado por personas o por problemas que de vez en cuando nos pone la vida. Y a veces hay dolores que nunca se olvidan, que se quedan grabados en forma de cicatrices dentro de tus entrañas y sabes que por mucho que pase el tiempo, seguirán estando ahí, no las verás pero las sentirás, de vez en cuando sin saber por qué, te darán una punzada desde lo más profundo de tu alma y te harán recordar el dolor que sentiste, lo mal que lo pasaste y la cantidad de lágrimas que derramaste. Pero, ¿sabéis que? También os recordarán lo fuerte que fuisteis pasando aquello, lo valientes que sois por haberlo superado y sobretodo os recordarán que por muy malo y muy doloroso que algo sea, todo acaba, todo se consume y acaba siendo una simple cicatriz.

Quedémonos con eso, con el final, con la cicatriz. Debemos mirarla con otros ojos, desde otra perspectiva, sabiendo que fue algo malo que ya pasó y que nos ha hecho mejores personas, más fuertes, más sabias y más valientes. Y cuando nos dé esa punzada recordando el dolor provocado, tenemos que mirarla a los ojos y repetirnos una y otra vez a nosotros mismos que ahora somos felices, que eso fue cosa del pasado y que nunca, nunca más dejaremos que nadie nos vuelva a dejar una cicatriz igual.

Hay que vivir, hay que luchar por lo que queremos, perseguir nuestros sueños, arriesgarnos, atrevernos, tomar decisiones, realizar cambios, caernos, fracasar, levantarnos, volver a abrir los ojos y completar el círculo de nuevo, así es la vida y estaremos llenos de cicatrices y moratones en nuestro interior pero no nos detengamos en sentirlos de nuevo, no le demos importancia, tenemos que dejarlos dentro, tapados, en silencio y que su única función sea hacernos mejores, recordarnos las experiencias vividas y quedarnos con los buenos momentos que nos dieron.

Pero sobretodo y lo más importante que quería decir hoy es que ese dolor de que os hablaba al principio es nuestro y sólo nuestro. Y el que siente la persona que tenemos al lado también es únicamente suyo y ella es la única que puede decidir cómo sentirlo, cómo vivirlo y cómo afrontarlo.

Como dice la canción, “cada uno en su universo siente su dolor como algo inmenso” así que por favor dejemos que cada uno vivamos en nuestro propio universo y no queramos que los demás sufran lo mismo que nosotros, no existen dos personas iguales en el mundo por lo tanto no existen dos dolores iguales, tengamos más empatía con el resto de personas y que cada una lo sobrelleve de la manera que sabe o que puede. Porque al final esas punzadas recordando lo vivido sólo las vamos a sentir nosotros.

 

S.

Imagen: La Massana, Andorra,
un día de verano dónde el dolor no existía.

 

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